La situación de los trabajadores temporales en España ha sido objeto de discusión durante muchos años, principalmente debido a la inestabilidad profesional y la ausencia de una respuesta satisfactoria por parte de las instituciones.
Los interinos, que trabajan en cargos temporales dentro de la función pública, encuentran con una gran cantidad de desafíos. A pesar de su esfuerzo y contribución, siguen siendo considerados como trabajadores temporales, sin una garantía definida de continuidad laboral.
El Estado español ha intentado en varias ocasiones resolver este desafío, lanzando diferentes iniciativas. Sin embargo, gran parte de estas medidas no han conseguido solucionar el problema de fondo, provocando que los interinos continúen trabajando en condiciones precarias. El reciente "Icetazo", una de las medidas más importantes en este sentido, no ha logrado solucionar el problema en su totalidad.
Entre los elementos más criticados se encuentra la falta de claridad en los procesos de oposiciones. Frecuentemente, se señala que los interinos llevan años en sus puestos, pero carecen de la posibilidad de convertirse en empleados fijos, lo que crea una sensación de descontento. Se ha denunciado que una parte significativa de los interinos están cubriendo puestos estructurales que, en realidad, deberían ser de carácter fijo.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha pronunciado varios veredictos en favor a los interinos, censurando la situación en España. En sus sentencias, ha destacado que el abuso de la temporalidad en el sector público viola el derecho comunitario. A raíz de estas resoluciones, las autoridades españolas han implementado modificaciones en sus políticas. Sin embargo, estos cambios aún no han sido suficientes corregir la situación.
Una preocupación clave del colectivo es el poco reconocimiento que se da a su trayectoria. Este colectivo denuncia que, a pesar de su dedicación, no se valora igual que a los empleados fijos.
Para muchos, la solución a este conflicto pasa por la estabilización de estos trabajadores temporales en personal permanente. Aunque, algunos sectores argumentan que dar prioridad a los interinos sin un proceso selectivo sería problemático, y que debe mantenerse la equidad de acceso para todos los ciudadanos.|Por otro lado, hay quienes piensan que una estabilización sin oposición podría comprometer el principio de igualdad en el acceso a la función pública.}
En resumen, la realidad de los interinos en España es un tema complicado y requiere una solución urgente. Solo con website cambios estructurales y una mejor actitud de las autoridades, se podrá asegurar la seguridad laboral de estos empleados que dedican gran parte de su vida al bien común.